domingo, 8 de abril de 2012

Capitulo 5 - mi supuesto novio

Estoy acabando de meter las cosas en la maleta, bueno, en las maletas. Por lo que veo, me voy al pueblo y me quedare con los abuelos. Hace mucho que no los veo.
- ¿Preparada? - me pregunta mi madre asomando la cabeza por la puerta.
- Todo lo que se puede estar.
- Los abuelos ya estan aqui. Date prisa.
Ande por el pasillo del segundo piso. Me pare en la escalera y mire abajo. Mi abuelo hablaba animadamente con mi madre.
- Ejem, una ayudita no me vendria mal - dije
- Oh, por el amor de Dios - ¿el mismo Dios que me escucha para que tenga aun mas mala suerte? - Ana, cuanto has crecido
Mi abuelo subio las escaleras para ayudarme con las maletas. Bajamos rapidamente y mi abuela me arranco las mejillas pellizcandome. me pare al lado de mi madre
- Cuidate, portate bien y, sobretodo... te hechare de menos - me dijo
- Yo tambien
Salimos de casa y fuimos al coche: una vieja furgoneta con tonos beiges. El exterior estaba desgastado y todo sucio.
Abri la puerta de la furgoneta y la peste llego a mi nariz, haciendome dar varios pasos atras para no desmayarme ahi mismo.
- Venga, no te quedes ahi y sube. Tenemos mucho camino por delante dijo mi abuela
Subí al coche y el asiento estaba como húmedo.
- En marcha - suspire yo.
Mi abuelo encendió la radio. Cantaba desafinadamente la canción de "forever young" de Alphaville.
A la media hora caí en un profundo sueño.

Desperté cuando la carretera se volvió rocosa. Ya no había asfalto.
- ¿Falta mucho? - pregunte un poco mas enderezada.
- No, ya hemos llegado. Mira - dijo mi abuela
Me asome a la ventana y el horror se dibujo en mi rostro. ¿Pueblo? Esto era mas pequeño que un supermercado.
La furgoneta subió por una pendiente y pude ver una cabaña de madera, una cabaña apartada del resto del pueblo.
- Bienvenida a tu hogar de vacaciones, Ana.
Era una cabaña pequeña, enana para mi gusto. Tenia una puerta con dos partes que se podían abrir y habían ventanas por doquier. La cabaña estaba rodeado de arboles, arbustos y flores.
- ¿Que? No pretendereis que sobreviva ahí, ¿verdad?
- Ya veras, te encantara.
Entramos a la cabaña y delante de mi, una araña que colgaba de una telaraña se tambaleo, callendo encima mia.
Grite todo lo que pude mientras saltaba y corría de un lado para otro.
- ¡Quitamela! ¡Quitamela!.
- Quédate quieta - dijo mi abuela. Se acerco a mi y le dio con la mano - ya esta.
Tío, que asco. Primera conclusion: este sitio es repulsivo.
Una señora mayor y regordeta entro, así porque si, a la cabaña, seguida por un chico de aparentemente mi edad.
- Oh, ¿Ana? ¿Eres tu? - dijo ma señora - cielos, cuanto has crecido. ¿Te acuerdas de mi?
Negué con la cabeza. Hacia cinco años que no visitaba ese pueblo, normal que no me acordara de nadie.
- Bueno, todos los días, mi Nathan iba a buscarte aquí, el pobre se llevaba una desilusión cuando le decían que no estabas. Antes le he contado que estabas aquí, ha querido venir conmigo para verte.
- Eh, muchas gracias, abuela. Me acabas de avergonzar.
- Por favor, no tienes por que avergonzarte. Antes erais grandes amigos - se rio - algunos pensaban que erais novios porque de pequeños os dabaia besitos en la boca. Erais adorables.
Me sonroje. No recordaba haber hecho eso de pequeña. Mire al chico, Nathan. Estaba tan sonrojado como yo, o incluso  puede que mas.
- Ir a dar una vuelta por ahi. Tengo cosas que hablar con tu abuela. Ala ala - dijo mientras nos empujaba fuera - teneis mucho de que hablar, y tu, Ana, mucho por ver.
Salimos fuera y nos quedamos callados un buen rato.
- Mmm... Así que Nathan, mi supuesto novio... Dios mío, Nathan, cuanto tiempo, te he techado mucho de menos - digo dándole un abrazo. ¿Desde cuando yo me comporto asi?

No hay comentarios:

Publicar un comentario